Turismo Rural
Considerada la más antigua de América, este pequeño coso guarda la esencia de un pueblo que en su origen español, ostenta la cuna de la tradición Taurina en México.
Estimada su fundación en 1680, este edificio muestra un sobria arquitectura, en especial en su fachada, cuyos accesos y ventanas flanqueados por pilastras y cornisas de cantera, invitan al disfrute de la Fiesta Taurina; su ruedo ovalado ausente de callejón presenta los burladeros como verdaderas trincheras para matadores y novilleros ante el poderoso embiste del toro de Lidia; desde su palco conformado por 10 arcos de medio punto, se dominan todas las faenas ofrecidas por el torero, motivando un fuerte ¡Oleee! Al paso de la muleta; en sus graderías de cantera se puede recrear con el ambiente popular y la dura crítica de los pases mal ejecutados; con sus dos temporadas al año, bien podemos apreciar una buena corrida, paladeando un vino tinto, coñac o tequila, el golpe de un habano o la presencia de las bellezas atraídas por las suertes de los matadores.